Las filtraciones son el principal riesgo de accidentes estructurales en balsas mineras. Si no se atajan a tiempo, los daños producidos por la erosión pueden conllevar costosas reparaciones y en último caso, al colapso de la estructura. 

La vigilancia de la seguridad de las balsas consiste en inspecciones visuales periódicas apoyadas por ensayos directos e indirectos. Sin embargo, los procesos de erosión interna pueden llegar a desarrollarse de manera silenciosa y llegar a un estadio bastante avanzado antes de que el problema se detecte. 

La filtración tiene un riesgo doble: puede causar contaminación aguas abajo pero también afecta a la propia integridad del dique ya que aumenta la presión intersticial de los poros en la zona saturada. Por lo tanto, las tensiones efectivas se reducen, lo que podría conducir a la inestabilidad de la pendiente. 

La erosión interna y el desarrollo de sumideros es una de las principales razones de rotura en las presas de balsas mineras. Los métodos geofísicos pueden detectar la erosión interna y las filtraciones desde los periodos iniciales de desarrollo de la patología antes de que la seguridad y la integridad de la presa estén en riesgo. 

Los métodos geofísicos más empleados son principalmente la Tomografía Eléctrica, el Potencial Espontáneo, la Polarización Inducida, la Tomografía Sísmica y MASW. En algunos casos, el georradar se emplea para investigaciones superficiales.