métodos magnéticos
El objetivo de los estudios geomagnéticos es reconocer las pequeñas variaciones en el campo magnético terrestre para la detección de cuerpos bajo la superficie con propiedades magnéticas características.
Los estudios magnéticos se aplican con frecuencia en arqueología, en la detección de oleoductos y gaseoductos, tanques de almacenamiento enterrados, depósitos de acero abandonados, objetos sin identificar y detección de artefactos sin detonar. Todos estos cuerpos son detectados por las anomalías magnéticas que producen.
Es un método muy extendido en estudios arqueológicos y medioambientales ya que permite delimitar zonas de vertido de residuos, límites de vertederos. También se usa en estudios geológicos ya que para información útil para delimitar fallas o intrusiones ígneas.
En un estudio magnético los puntos de lectura son distribuidos a lo largo de perfiles con intervalos regulares. Los magnetómetros modernos permiten recopilar datos con una excelente precisión. Normalmente, la toma de datos se complementa con el uso del GPS para una localización más precisa de los mismos.
A la hora de realizar mapas de anomalías magnéticas, se deben tener en cuenta los cambios temporales en el campo magnético terrestre. La más importante de estas componentes es (habitualmente) la variación diurna. Esta variación diurna se puede corregir midiendo repetidamente en un mismo sitio (base) a intervalos regulares. Una vez realizadas todas las correcciones, los datos obtenidos en el estudio magnético, pueden presentarse tanto como perfiles individuales o como mapas de curvas de nivel.