aplicaciones
riesgos geológicos
Los taludes y laderas son elementos comunes que forman parte habitual de paisajes. Existe una amplia variedad de factores que influyen en la estabilidad de un talud o una ladera (inclinación, materiales, humedad, etc). La geometría y la geología del talud son los principales factores que afectan a su estabilidad. La disposición de los estratos geológicos a favor de la pendiente topográfica, la presencia de contactos irregulares o parámetros hidrogeológicos desfavorables son condicionantes en la rotura final del terreno y en el posterior deslizamiento de masas.
El control y estudio de laderas es un elemento habitual en las tareas de mantenimiento que las distintas administraciones públicas llevan a cabo de manera regular. Los estudios geológicos evalúan los factores de riesgo mediante observaciones periódicas y con la ayuda de métodos geofísicos diversos como, por ejemplo, la Tomografía Eléctrica o la sísmica de refracción, se puede conocer la existencia de potenciales planos de deslizamiento, así como la identificación de supuestas fallas o contactos, no observables desde la superficie.
El objetivo en este tipo de estudios es analizar la seguridad del talud para activar protocolos de corrección o estabilización que prevengan futuros deslizamientos de masas.