Métodos eléctricos
La Polarización Inducida (PI) es un método geofísico que mide la cargabilidad eléctrica del subsuelo (capacidad para retener temporalmente una carga eléctrica) mediante la inyección de una corriente controlada en el terreno y, de esta manera cargándolo eléctricamente. Cuando se detiene súbitamente la inyección de corriente, el voltaje inducido en el terreno decae paulatinamente durante unos breves instantes de tiempo. Midiendo este proceso de atenuación del voltaje en función del tiempo, es posible calcular la cargabilidad aparente del terreno.
Si el suelo presenta una alta cargabilidad, el tiempo que tarda el voltaje en desaparecer será grande (el suelo permanecerá cargado eléctricamente más tiempo). Por otro el contrario, si el suelo no tiene mucha cargabilidad, el tiempo será muy corto. La mayoría de los metales y los sulfuros diseminados tienen alta cargabilidad, mientras que las rocas ígneas o metamórficas presentan muy baja cargabilidad. Como resultado, este método se utiliza con mayor frecuencia en la exploración de minerales. También es un método habitualmente empleado en estudios medioambientales para el estudio de contaminantes orgánicos.
Además, el método permite obtener de manera simultánea modelos de resistividad, por lo que es muy útil para determinar las propiedades capacitivas del material en el subsuelo.