Un adecuado conocimiento de las propiedades eléctricas del subsuelo es necesario para el correcto diseño de las tomas de tierra en instalaciones eléctricas
Modelo de resistividad del terreno para una subestación eléctrica. Se buscan las zonas conductoras superficiales ya que minimizan los costes de la instalación
Aplicaciones Energía
Todos los edificios industriales y residenciales cuentan, como parte de su instalación eléctrica, con una o varias tomas de tierra. La función de la toma o puesta a tierra es disipar en el terreno las corrientes eléctricas que se puedan originar en la instalación y que afectan a la seguridad de personas y del propio edificio.
Un ejemplo común es el caso de las subestaciones eléctricas. Estas instalaciones requieren del diseño e instalación cuidadosa de una red de puestas de tierra, que está habitualmente compuesta por una malla de electrodos, cables, mallazos o barras químicas para dispersar las corrientes eléctricas de falta o defecto. Para ello es habitual llevar a cabo un estudio geológico y geofísico que evalúa las propiedades geoeléctricas del terreno (resistividad eléctrica).
La tomografía eléctrica permite obtener rápidamente una distribución de las resistividades del terreno, y conocer cuáles son las zonas más favorables (por su baja resistividad o proximidad a la superficie) para la colocación de la puesta a tierra.
De este modo, se optimiza el diseño de tomas de tierra seleccionando los emplazamientos más favorables y se reducen los costes en la instalación.