Métodos sísmicos
de vibraciones
Las voladuras, el funcionamiento de maquinaria pesada o la hinca de pilotes con dispositivos impulsivos y vibratorios constituyen fuentes de energía intensas que generan elevados niveles de vibración en el entorno.
La amplitud de estas vibraciones se atenúa con la distancia, pero en ciertas circunstancias, tienen el potencial de generar daños a estructuras y ocasionar malestar en personas.
Existen normativas, tanto nacionales como internacionales que imponen límites a los niveles máximos de vibración permitidos en un lugar dado.
Los métodos para monitorizar vibraciones en el terreno y en edificios son una herramienta eficaz para controlar si se traspasan o no estos límites. Se instalan sensores sísmicos (geófonos triaxiales de baja frecuencia) para medir la amplitud de las vibraciones y se determinan los valores máximos (velocidad pico) dentro de un rango concreto de frecuencias. Los límites máximos tolerables dependen del tipo de edificación que se desee monitorizar (edificio industrial, residencial o de alto valor patrimonial).