Una banqueta de balasto contaminado presenta peores condiciones elásticas y drenaje y reduce la durabilidad, seguridad y operabilidad de la infraestructura
Georradar tridimensional multifrecuencia montado sobre diplory ligero en el Metro de Madrid
El denso espaciado (7.5cm) entre canales de lectura de las antenas de GPR3D permite el estudio completo de la banqueta de balasto
Aplicaciones
Ingeniería civil
El mantenimiento de una plataforma de ferrocarril requiere una evaluación continua de los materiales sobre los que apoya la vía (balasto, sub-balasto y el terreno natural). Los métodos geofísicos, como el georradar, ofrecen una excelente alternativa a otras técnicas tradicionales, con mayor tiempo de ejecución y costes elevados.
Las características del balasto son un factor extremadamente importante para garantizar la seguridad del tráfico y de los usuarios. Con el tiempo, el balasto se desgasta y redondea, perdiendo su efectividad para el drenaje y para absorber de manera correcta las cargas dinámicas que genera el paso de las circulaciones en la vía. A medida que el balasto se desgasta, se crea una capa de material de grano fino. Cuando estas partículas finas se acumulan dificultan el drenaje de la banqueta y generan zonas blandas que afectan a la seguridad del tráfico ferroviario.
El desgaste del balasto puede ser detectado como una acumulación de agua dentro del lecho de la vía. Para estudiar estas patologías, el georradar ha demostrado ser una herramienta muy eficaz ya que es muy sensible a las concentraciones de agua cerca de la superficie. Incluso permite estimar el grado de desgaste del balasto.
La capacidad portante de la subestructura es una preocupación recurrente para los ingenieros ferroviarios, ya que su variación a lo largo de la plataforma puede producir asentamientos diferenciales que reducen las condiciones de seguridad del tráfico. Este problema sucede a menudo en terraplenes y, en este caso concreto, la geofísica ha demostrado ser una herramienta muy útil ya que aporta información continua que permite caracterizar de manera apropiada las condiciones de resistencia y humedad en los cuerpos de los terraplenes y en sus cimientos.
Otro caso habitual del empleo de técnicas geofísicas en el ámbito ferroviario es el estudio del revestimiento en túneles. El georradar permite conocer el espesor y el estado del revestimiento así como las propiedades del medio adyacente.
Ejemplo de resultados obtenidos a partir de un ensayo GPR3D sobre una plataforma ferroviaria